(1)
A.
La iglesia cristiana o universal: Mt.
16:18; 1 Co. 12:28; Ef. 1:22; 4:11-15; 5:23-25, 27, 29, 32; Col. 1:18, 24; He
12:23.
B.
Que (con respecto a la obra interna del Espíritu y la verdad de la gracia)
puede llamarse invisible, se compone del número completo de los electos que han
sido, son o serán reunidos en uno bajo Cristo, su cabeza; y es la esposa, el
cuerpo, la plenitud de aquel que llena todo en todos: Ef. 1:22; 4:11-15; 5:23-25, 27, 29,32; Col. 1:18, 24; Ap. 21:9-14.
(2)
A.
Todos en todo el mundo que profesan la fe del evangelio y obediencia a Dios por
Cristo conforme al mismo, que no destruyen su propia profesión mediante errores
fundamentales o conductas impías, son y pueden ser llamados santos visibles: 1 Co. 1:2; Ro. 1:7, 8; Hch. 11:26; Mt.
16:18; 28:15-20; 1 Co. 5:1-9.
B.
Y de tales deben estar compuestas todas las congregaciones locales: Mt. 18:15-20; Hch. 2:37-42; 4:4; Ro. 1:7; 1
Co. 5:1-9.
(3)
A.
Las iglesias más puras bajo el cielo están sujetas a la impureza y al error: 1 Co. 1:11; 5:1; 6:6; 11:17-19; 3 Jun.
9,10; Ap. 2 y 3.
B.
Y algunas se han degenerado tanto que han llegado a ser no iglesias de Cristo
sino sinagogas de Satanás: Ap. 2:5 con
1:20; 1 Ti. 3:14,15; Ap. 18:2.
C.
Sin embargo, Cristo siempre ha tenido y siempre tendrá un reino en este mundo,
hasta el fin del mismo, compuesto de aquellos que creen en él y profesan su
nombre: Mt. 16:18; 24:14; 28:20; Mr.
4:30-32; Sal 72:16-18; 102:28; Is. 9:6,7; Ap. 12:17; 20:7-9.
(4)
A.
La Cabeza de la Iglesia es el Señor Jesucristo, en quien, por el designio del
Padre, todo el poder requerido para el llamamiento, el establecimiento, el
orden o el gobierno de la iglesia, está suprema y soberanamente investido: Col. 1:18; Ef. 4:11-16; 1:20-23; 5:23-32; 1
Co. 12:27, 28; Jun. 17:1-3; Mt. 28:18-20; Hch. 5:31; Jun. 10:14-16.
B.
No puede el papa de Roma ser cabeza de ella en ningún sentido, sino que él es
aquel Anticristo, aquel hombre de pecado e hijo de perdición, que se ensalza en
la iglesia contra Cristo y contra todo lo que se llama Dios, a quien el Señor
destruirá con el resplandor de su venida: 2
Ts. 2:2-9.
(5)
A.
En el ejercicio de este poder que le ha sido confiado, el Señor Jesús, a través
del ministerio de su Palabra y por su Espíritu, llama a sí mismo del mundo a
aquellos que le han sido dados por su Padre: Jun. 10:16, 23; 12:32; 17:2; Hch. 5:31, 32.
B.
Para que anden delante de él en todos los caminos de la obediencia que él les
prescribe en su Palabra: Mt. 28:20.
C.
A los así llamados, les ordena andar juntos en congregaciones
concretas, o iglesias, para su edificación mutua y la debida observancia del
culto público, que él requiere de ellos en el mundo: Mt. 18:15-20; Hch. 14:21-23; Tit. 1:5; 1 Ti. 1:3; 3:14-16; 5:17-22.
(6)
A.
Los miembros de estas iglesias son santos por su llamamiento, y en una forma
visible manifiestan y evidencian (por su profesión de fe y su conducta) su
obediencia al llamamiento de Cristo: Mt.
28:18-20; Hch. 14:22,23; Ro. 1:7; 1 Co. 1:2 con los vv. 13-17; 1 Ts. 1:1 con
los vv. 2-10; Hch. 2:37-42; 4:4; 5:13,14.
B.
Y voluntariamente acuerdan andar juntos, conforme al designio de Cristo,
dándose a sí mismos al Señor y mutuamente, por la voluntad de Dios, profesando
sujeción a los preceptos del evangelio: Hch.
2:41,42; 5:13,14; 2 Co. 9:13.
(7)
A.
A cada una de estas iglesias así reunidas, el Señor, conforme a su voluntad
declarada en su Palabra, ha dado todo el poder y autoridad en cualquier sentido
necesario para realizar el orden en la adoración y en la disciplina que él ha
instituido para que lo guarden; juntamente con mandatos y reglas para el
ejercicio propio y correcto y la ejecución del mencionado poder: Mt. 18:17-20; 1 Co. 5:4, 5,13; 2 Co. 2:6-8.
(8)
A.
Una iglesia local, reunida y completamente organizada de acuerdo con la
voluntad de Cristo, está compuesta por oficiales y miembros; y los oficiales
designados por Cristo para ser escogidos y apartados por la iglesia (así
llamada y reunida), para la particular administración de las ordenanzas y el
ejercicio del poder o el deber, que él les confía o a los que los llama, para
que continúen hasta el fin del mundo, son los obispos o ancianos, y los diáconos: Fil. 1:1; 1 Ti. 3:1-13; Hch. 20:17,
28; Tit. 1:5-7; 1 P. 5:2.
(9)
A.
La manera designada por Cristo para el llamamiento de cualquier persona que ha
sido calificada y dotada por el Espíritu Santo: Ef. 4:11; 1 Ti. 3:1-13.
B.
Para el oficio de obispo o anciano en una iglesia, es que
sea escogido para el mismo por la votación común de la iglesia misma: Hch. 6:1-7; 14:23 con Mt. 18:17-20; 1 Co.
5:1-13.
C.
Y solemnemente apartado mediante ayuno y oración con la imposición de manos de
los ancianos de la iglesia, si es que hay algunos constituidos anteriormente en
ella: 1 Ti. 4:14; 5:22.
D.
Y para el oficio de diácono, que sea escogido por la misma votación y apartado
mediante oración y la misma imposición de manos: Hch. 6:1-7.
(10)
A.
Siendo la obra de los pastores atender constantemente al servicio de Cristo, en
sus iglesias, en el ministerio de la Palabra y la oración, velando por sus
almas, como aquellos que han de dar cuenta a él: Hch. 6:4; 1 Ti. 3:2; 5:17; He 13:17.
B.
Es la responsabilidad de las iglesias a las que ellos ministran darles no
solamente todo el respeto debido, sino compartir también con ellos todas sus
cosas buenas, según sus posibilidades: 1
Ti. 5:17, 18; 1 Co. 9:14; Gá. 6:6, 7.
C:
De manera que tengan una provisión adecuada, sin que tengan que enredarse en
actividades seculares: 2 Ti. 2:4.
D.
Y puedan también practicar la hospitalidad hacia los demás: 1 Ti. 3:2.
E.
Esto lo requiere la ley de la naturaleza y el mandato
expreso de Nuestro Señor Jesús, quien ha ordenado que los que predican el
evangelio vivan del evangelio: 1 Co.
9:6-14; 1 Ti. 5:18.
(11)
A.
Aunque sea la responsabilidad de los obispos o pastores de las iglesias, según
su oficio, estar constantemente dedicados a la predicación de la Palabra, la
obra de predicar la Palabra no está tan particularmente limitada a ellos, sino
que otros también dotados y calificados por el Espíritu Santo para ello y
aprobados y llamados por la iglesia, pueden y deben desempeñarla: Hch. 8:5; 11:19-21; 1 P. 4:10,11.
(12)
A.
Todos los creyentes están obligados a unirse a iglesias locales cuándo y dónde
tengan oportunidad de hacerlo. Asimismo, todos aquellos que son admitidos a los
privilegios de una iglesia también están sujetos a la disciplina y el gobierno
de la misma, conforme a la norma de Cristo: 1 Ts. 5:14; 2 Ts. 3:6, 14,15; 1 Co. 5:9-13; He 13:17.
(13)
A.
Ningún miembro de iglesia, por alguna ofensa recibida, habiendo cumplido el
deber requerido de él hacia la persona que le ha ofendido, debe perturbar el
orden de la iglesia, o faltar a las reuniones de la iglesia o abstenerse de la
participación de ninguna de las ordenanzas por tal ofensa de cualquier otro
miembro, sino que debe esperar en Cristo mientras prosigan las actuaciones de
la iglesia: Mt. 18:15-17; Ef. 4:2,3;
Col. 3:12-15; 1 Jun. 2:7-11, 18,19; Ef. 4:2,3; Mt. 28:20.
(14)
A.
Puesto que cada iglesia, y todos sus miembros, están obligados a orar
continuamente por el bien y la prosperidad de todas las iglesias de Cristo en
todos los lugares, y en todas las ocasiones ayudar a cada una dentro de los
límites de sus áreas y vocaciones, en el ejercicio de sus dones y virtudes. Jun. 13:34,35; 17:11,21-23; Ef. 4:11-16;
6:18; Sal 122:6; Ro. 16:1-3; 3 Jun. 8-10 con 2 Jun. 5-11; Ro. 15:26; 2 Co.
8:1-4,16-24; 9:12-15; Col. 2:1 con 1:3, 4,7 y 4:7,12.
B.
así las iglesias, cuando estén establecidas por la providencia de Dios de
manera que puedan gozar de la oportunidad y el beneficio de ello: Gá. 1:2,22; Col. 4:16; Ap. 1:4; Ro. 16:1,2;
3 Jun. 8-10.
C.
deben tener comunión entre sí, para su paz, crecimiento en
amor y edificación mutua: 1 Jun. 4:1-3
con 2 y 3 Juan; Ro. 16:1-3; 2 Co. 9:12-15; Jos. 22.
(15)
A.
En casos de dificultades o diferencias respecto a la doctrina o el gobierno de
la iglesia, en que las iglesias en general o una sola iglesia están preocupadas
por su paz, unión y edificación; o uno o varios miembros de una iglesia son dañados
por procedimientos disciplinarios que no coincidan con la verdad y al orden, es
conforme a la voluntad de Cristo que muchas iglesias que tengan comunión entre
sí, se reúnan a través de sus representantes para considerar y dar su consejo
sobre los asuntos en disputa, para informar a todas las iglesias involucradas: Gá. 2:2; Pr. 3:5-7; 12:15; 13:10.
B.
Sin embargo, a los representantes congregados no se les entrega ningún poder
eclesiástico propiamente dicho ni jurisdicción sobre las iglesias mismas para
ejercer disciplina sobre cualquiera de ellas o sus miembros, ni para imponer
sus decisiones sobre ellas o sus oficiales: 1 Co. 7:25, 36, 40; 2 Co. 1:24; 1 Jun. 4:1.
LA IGLESIA
La
iglesia se refiere a todas las personas que pertenecen al Señor, que han sido
compradas por la sangre de Cristo. Hay diversas imágenes y expresiones que son
también utilizadas para definir o describir a la iglesia. La iglesia es
llamada, entre otras cosas, el cuerpo de Cristo, la familia de Dios, el pueblo
de Dios, los escogidos, la esposa de Cristo, la compañía de los redimidos, la
nueva Israel.
La
palabra que utiliza el Nuevo Testamento para iglesia, de donde proviene nuestra
palabra eclesiástico, significa
"aquellos que han sido llamados". La iglesia puede ser concebida como
una asamblea o reunión de los escogidos, aquellos que Dios ha llamado a
apartarse de este mundo, del pecado, y los ha llamado a un estado de gracia.
Como
la iglesia sobre esta tierra es siempre lo que San Agustín llamó "un
cuerpo mezclado", se hace necesario que diferenciemos entre la iglesia
visible y la iglesia invisible. En la iglesia visible (conformada por aquellas
personas que han hecho una profesión de fe, han sido bautizadas, y se han hecho
miembros de la iglesia institucional), Jesús nos dice que los abrojos van a
crecer junto con el trigo. Aunque la iglesia es "santa", tiene
siempre en la actualidad mezclado en su seno elementos no santos.
No
todos los que honran a Cristo con sus labios lo honran también con su corazón.
Como solamente Dios puede leer el corazón humano, los verdaderos escogidos son
visibles para Dios, pero en cierta medida nos son invisibles a nosotros. La
iglesia invisible es transparente pero completamente visible para Dios. La
tarea de los escogidos es hacer que esta iglesia invisible se torne visible.
La
iglesia es una, santa, católica, y apostólica. La iglesia es una. Aunque está
dividida en denominaciones, los escogidos están unidos por un Señor, una fe, y
un bautismo. La iglesia es santa porque ha sido santificada por Dios y el
Espíritu Santo mora dentro de ella. La iglesia es católica (la palabra católica significa
"universal") porque sus miembros se extienden alrededor de todo el
mundo, e incluye en su seno a pueblos de todas las naciones.
La
iglesia es apostólica porque las enseñanzas de los apóstoles, como están
contenidas en las Sagradas Escrituras, son el fundamento de la iglesia y la
autoridad que gobierna la iglesia.
Es
el deber y el privilegio de todos los cristianos permanecer unidos a la
iglesia de Cristo. Es nuestra solemne responsabilidad no olvidarnos de
reunirnos con los santos en la adoración comunitaria, permanecer bajo el
cuidado y la disciplina de la iglesia, y trabajar activamente como testigos en
la misión de la iglesia.
La
iglesia no es tanto una organización como un organismo. Está conformada por
partes vivas. Se la llama el cuerpo de Cristo.
Del
mismo modo que el cuerpo humano está configurado para funcionar Como una unidad
a través del trabajo cooperativo e interdependiente de sus muchas partes, así
también la iglesia es un cuerpo que muestra su unidad y su diversidad. Aunque
está gobernada por una "cabeza" -Cristo el cuerpo tiene muchos
miembros, cada uno con los dones y las riquezas que Dios les ha dado para
contribuir a la obra de todo el cuerpo.
RESUMEN
1.
La iglesia está compuesta por aquellas personas que pertenecen al Señor.
2.
La palabra bíblica para iglesia significa "aquellos que han sido
llamados".
3.
La iglesia sobre la tierra es siempre un cuerpo donde están mezclados los
cristianos con los no cristianos.
4.
La iglesia invisible es visible únicamente a Dios.
5.
La iglesia es una, santa, católica y apostólica.
6.
La iglesia es un organismo, similar al cuerpo humano.
PASAJES BÍBLICOS PARA LA REFLEXIÓN
Mateo
13:24-43, 1 Corintios 12:12-14, Efesios 2: 19-22, Efesios 4: 1-6, Colosenses
1:18, Apocalipsis 7:9-10.
NATURALEZA DE LA IGLESIA
DESCRIPCIÓN GENERAL DE LA IGLESIA
La principal palabra que se usa en el Antiguo Testamento para
designar al pueblo de Dios, se deriva del verbo «llaman, y en el Nuevo Testamento
la palabra empleada para referirse a la Iglesia, significa «llamar fuera».
Ambas se refieren a una asamblea de personas llamadas por Dios.
DIFERENTES SIGNIFICADOS DE ESTA PALABRA EN EL NUEVO
TESTAMENTO
Generalmente indica una iglesia local, ya sea reunida para culto o
no. Hech. 5: 11; 11:26; Rom. 16:4; 1.a Cor. 11:18; 16:1. Algunas veces la
expresión «La iglesia que está en su casa», se refiere a alguna iglesia
doméstica o al grupo de creyentes que se reunían en un hogar privado. Romanos
16:5, 23; 1.a Cor. 16:19; Col. 4:15, pero en el sentido más general indica a
todo el cuerpo de creyentes, en el cielo o en la tierra, Efesios 1:22; 3; 10,
21; 5:23 y Colosenses 1:18-24.
EL SENTIDO DE LA PALABRA IGLESIA
Los católicos romanos difieren de los protestantes con respecto a
la naturaleza esencial de la Iglesia. Los primeros creen que indica una
organización externa y visible que consiste de los sacerdotes, juntamente con
los obispos, arzobispos, cardenales y el Papa; los protestantes rompieron con
este concepto externo y buscaron el sentido de Iglesia, en una comunión
invisible y espiritual de los santos.
La Iglesia, en su naturaleza esencial, incluye a los creyentes de
todas las edades y a nadie más. Es el cuerpo espiritual de Jesucristo, en el
que no hay lugar para los no creyentes.
DISTINCIONES QUE SE APLICAN A LA IGLESIA
Al hablar de la Iglesia en términos generales es necesario
considerar algunas distinciones.
LA IGLESIA MILITANTE Y LA TRIUNFANTE
La Iglesia que existe actualmente en la tierra es la Militante,
porque está llamada, y se halla actualmente empeñada en una guerra santa. La
que está en el Cielo es la Triunfante, ya que ha cambiado la espada por la
palma de victoria.
LA IGLESIA INVISIBLE Y LA VISIBLE
Esta distinción se aplica a la misma iglesia que se halla sobre la
tierra, la cual es invisible en lo que se refiere a su naturaleza espiritual,
de modo que es imposible determinar con exactitud quiénes pertenecen o no a
ella; sin embargo, se hace visible en la profesión y conducta de sus miembros;
por el ministerio de la Palabra, los sacramentos y en su organización y
gobierno externo.
LA IGLESIA COMO ORGANISMO Y COMO INSTITUCIÓN
Esta distinción se aplica sólo a la Iglesia Visible. Se
caracteriza, como organismo, por la vida de comunión de los creyentes, y por su
oposición al mundo; y como organización por sus oficios, administración de la
Palabra y de los sacramentos y por ciertas formas de gobierno eclesiástico.
DEFINICIONES DE LA IGLESIA
La Iglesia Invisible puede ser definida como la compañía de los
elegidos, llamados por el Espíritu de Dios, o simplemente, como la comunión
espiritual de los creyentes; y la Visible puede definirse como la comunidad o
conjunto de aquellos que profesan la fe verdadera, juntamente con sus hijos.
Debe tenerse en cuenta que la membresía de unos y otros no es exactamente igual
LOS ATRIBUTOS Y MARCAS DE LA IGLESIA
Hay tres atributos especiales de la Iglesia y asimismo tres marcas
o características externas.
SUS ATRIBUTOS. SON LOS TRES SIGUIENTES
1. SU UNIDAD. Según el
católico-romano esta unidad consiste en una imponente organización mundial, mas
para los protestantes es la unidad espiritual del cuerpo de Jesucristo.
2. SU SANTIDAD. Los católico-romano hacen consistir
la santidad de la Iglesia en sus santos dogmas, sus preceptos morales, su culto
y su disciplina; pero los Protestantes hacen radicar la santidad en los propios
miembros de la Iglesia como santos en Cristo, es decir, santos en principio, al
ser poseedores de la nueva vida que está destinada a ser perfectamente santa.
3. SU UNIVERSALIDAD. Roma hace de este punto una pretensión especial, porque su
Iglesia está esparcida por toda la tierra, y tiene mayor número de miembros que
todas las denominaciones evangélicas juntas. Los Protestantes declaran empero
que únicamente la Iglesia Invisible de Cristo es realmente la Iglesia Católica,
porque incluye a todos los creyentes de todas las edades y de todos los países.
SUS MARCAS O CARACTERÍSTICAS EXTERNAS
Mientras que los atributos pertenecen principalmente a la iglesia
invisible, las marcas o señales pertenecen a la iglesia visible y sirven para
distinguir la verdadera iglesia de la falsa. También son tres.
1. LA VERDADERA PREDICACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS. Esta es la señal más importante de la Iglesia. La Juan 4; 1-3; 2:
Juan 9. No significa que la predicación tiene que ser perfecta y absolutamente
pura sino que debe ser verdadera en cuanto a los fundamentos de la religión
cristiana, y que ha de ejercer una influencia controladora en cuanto a fe y
práctica.
2. LA RECTA ADMINISTRACIÓN DE LOS SACRAMENTOS. Los sacramentos no pueden ser separados de la Palabra, como hacen
los católicos. Deben ser administrados por ministros legales, según la
institución divina; sólo pueden ser administrados a los creyentes y a sus
descendientes, Mateo 18:19; Marcos 16:16; Hechos 2:42; 1 Corintios 11:23, 30.
3. EL FIEL EJERCICIO DE LA DISCIPLINA. La disciplina es necesaria para mantener la pureza de la doctrina
y salvaguardar la santidad de los sacramentos. La palabra de Dios insiste en
esto, Mateo 18:18; 1.a Corintios 5: 1-13; 14:33, 40; Apoc. 2:14, 15, 20.
TEXTOS PARA APRENDER DE MEMORIA PASAJES QUE TESTIFICAN
SOBRE:
LA UNIDAD DE LA IGLESIA
1. Juan 10:16. «Otras ovejas tengo que no son de este redil las
cuales también me conviene traer, y ellas oirán mi voz, y habrá un rebaño y un
pastor».
2. Juan 17:20. «N o ruego solamente por estos, sino por los que han
de creer en Mí por ola Palabra de ellos, para que sean todos una cosa».
3. Efesios 4:4-6. «Un cuerpo y un Espíritu, así como sois llamados a
una misma esperanza de vuestra vocación. Un Señor, una fe, un bautismo; un Dios
y Padre de todos, el cuales sobre todas las cosas y por todas las cosas, y en
todos vosotros».
LA SANTIDAD DE LA IGLESIA
1. Éxodo 19:6. «Y seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación
santa».
2. 1ª Pedro 2:9. «Pero vosotros sois una raza escogida, real
sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de
Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable».
LA CATOLICIDAD DE LA IGLESIA
1. Salmo 2:8. «Pídeme y te daré por heredad las gentes y por
posesión tuya los reinos de la tierra».
2. Apoc. 9:7. «Después de estas cosas miré y he aquí una gran
compañía 'la cual ninguno podía contar, de todas las gentes, linajes, pueblos y
lenguas, que estaban delante del trono y del Cordero, vestidos de ropas blancas
y palmas en sus manos».
LA NECESIDAD DE ADHERIRSE A LA VERDAD
1. 2ª Tim. 1:13. «Retén la forma de las sanas palabras que has oído
de mí, en la fe y amor que es en Cristo Jesús».
2. 2ª Timoteo 2:15. «Procura diligentemente presentarte a ti mismo
como obrero aprobado, que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la
palabra de verdad».
3. 1ª Timoteo 2:1. «Habla tú las cosas que pertenecen a la sana
doctrina».
LA NECESIDAD DE LA RECTA ADMINISTRACIÓN DE LOS SACRAMENTOS.
1. Hechos 19:4 y 5. «Pablo dijo: Juan bautizó con el bautismo de
arrepentimiento diciendo al pueblo que creyesen en aquel que había de venir
después de él, es a saber en Jesús el Cristo. Y cuando oyeron esto fueron
bautizados en el nombre del Señor Jesús». 1ª Corintios 11:28-30. «Cada uno
examínese a sí mismo y coma de aquel pan y beba de aquella copa, porque el que
come y bebe indignamente juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo
del Señor. Por esto hay entre vosotros muchos debilitados y enfermos y muchos
duermen».
LA NECESIDAD DE LA DISCIPLINA
1. Mateo 16:19. «Ya ti daré las llaves del Reino de los Cielos, y
todo lo que ligares en la tierra será ligado en el Cielo, y todo lo que
desatares en la tierra será desatado en el Cielo».
2. 1ª Timoteo 3:10-11. «Rehúsa hombre hereje después de una o dos
amonestaciones, sabiendo que el tal es trastornado y peca».
PARA ESTUDIO BÍBLICO ADICIONAL
1. ¿Existió la Iglesia antes de Pentecostés? Véase Mateo 18:17;
Hechos 7:38.
2. ¿Se usa la palabra iglesia en singular en él Nuevo Testamento
para significar un grupo de iglesias 1 Véase Hechos 9:31?
3. ¿Qué motivos para disciplina había en la iglesia de Corinto? 1ª
Corintios 5:1- 5,13; 17:34; 2.a Corintios 2:5-11.
LAS MARCAS DE LA IGLESIA VERDADERA
Como
el mundo está lleno de miles de instituciones distintas llamadas iglesias, y como
es posible que tanto los
instituciones como los individuos se conviertan en
apóstatas, es Importante que podamos discernir las marcas esenciales de la iglesia
vis¡~l:
legítima y verdadera. Ninguna iglesia está libre del error o
el pecado. Solo en el cielo la iglesia será perfecta. Pero existe una
diferencia significante entre la corrupción, que afecta a todas las
instituciones, y la apostasía. Por lo tanto,
para proteger el desarrollo
y el cuidado del pueblo de Dios, es importante que definamos las marcas de una
iglesia verdadera.
Las
marcas de una iglesia verdadera han sido definidas históricamente como:
(1)
la predicación verdadera de la Palabra de Dios,
(2)
el uso de los sacramentos de acuerdo con su institución, y:
(3)
la práctica de la disciplina de la iglesia. " .
(1) LA
PREDICACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS. Aunque las Iglesias difieren
sobre detalles de teología y en
grados de pureza de la
doctrina, la iglesia verdadera afirma todo lo que es
esencial para la
fe cristiana. Del mismo modo, una iglesia es falsa o apóstata cuando
oficialmente niega una de las premisas esenciales de la fe cristiana
como la deidad de Cristo, la Trinidad, la justificación por la
fe: la expiación, u otras doctrinas esenciales para la
salvación. La
Reforma, por ejemplo, no fue una Simple lucha por menudencias, sino por la
doctrina cardinal de la salvación.
(2) LA ADMINISTRACIÓN DE LOS
SACRAMENTOS. Negar o difamar los
sacramentos instituidos por Cristo es falsificar la iglesia. La profanación de
la Cena del Señor o el ofrecimiento voluntario de
los sacramentos a no cristianos profesantes descalificaría a una iglesia de ser
reconocida como una iglesia verdadera.
(3) LA DISCIPLINA DE LA IGLESIA. Aunque
el ejercicio de la disciplina
de la iglesia en ocasiones puede ser equivocado en la dirección de ser demasiado
severo o demasiado laxo, puede convertirse en algo tan pervertido que
ya deje de ser reconocido como legítimo.
Por ejemplo, si una iglesia de manera abierta e impenitente suscribe, practica, o se
niega a disciplinar los pecados graves y perversos, no está
exhibiendo esta marca de una iglesia verdadera.
Aunque
los cristianos deberían estar solemnemente precavidos de no convertirse en
cismáticos en su espíritu, o tener espíritu de división o discusión, también
deberían estar advertidos de su obligación de apartarse de comuniones falsas o
apóstatas. Todas las iglesias verdaderas, en mayor o menor grado, deberán
exhibir las verdaderas marcas de una iglesia. La reforma de la iglesia es una
tarea que no tiene fin. Cada vez más y más buscamos ser fieles al llamado
bíblico de la predicación, los sacramentos y la disciplina de la iglesia.
RESUMEN
1.
Una iglesia verdadera tiene marcas visibles que la diferencian de una iglesia
falsa o apóstata.
2.
La predicación del evangelio es necesaria para que una iglesia sea legítima.
3.
La administración correcta de los sacramentos, sin profanación, es una marca de
la iglesia.
4.
La disciplina contra la herejía y los pecados graves es una tarea necesaria
dentro de la iglesia.
5.
La iglesia siempre necesita ser reformada de acuerdo con la Palabra de Dios.
PASAJES BÍBLICOS PARA LA REFLEXIÓN
Mateo
18:15-17, Romanos 11:13-24, 1 Corintios 1:10-31,
Efesios 1:22-23, 1 Pedro 2:9-10.
LA EXCOMULGACIÓN
Ser
excomulgado de la iglesia de Cristo es algo terrible. Sin embargo hay un solo
pecado tan serio que merezca el alejamiento del cuerpo de Cristo. Este pecado
es el de la impenitencia. Hay
múltiples pecados graves que requieren de la disciplina de la iglesia.
Sin
embargo, como la disciplina de la iglesia es un proceso con varios pasos en
donde la excomulgación constituye el último paso, el único pecado que nos puede
hacer llegar a dicho extremo es el negarse a arrepentirse del pecado que inició
el proceso en primer lugar.
La
excomulgación es la medida disciplinaria más extrema de la iglesia. Implica
excluir al pecador impenitente de la comunión con los fieles. La doctrina
proviene de la enseñanza de Jesús sobre el atar y el desatar (Mateo 16:19;
18:15-20; Juan 20:23). La responsabilidad de disciplinar recayó sobre la
iglesia. El pasaje en Mateo 18, sin embargo, enumera tres pasos que deben ser
dados antes de la excomulgación. El pecador debe ser corregido en primer lugar
en privado. Si dicha instancia fracasara, entonces deberá ser corregido delante
de testigos. Esto asegura que el acusador no haya estado equivocado en la
primera instancia y evita que se hagan acusaciones difamatorias. En tercer
lugar, el pecador deberá ser traído frente a toda la congregación de creyentes.
Si
esta última instancia fracasara, la iglesia deberá dejar de tener comunión con
el ofensor. Debe notarse que la excomulgación nunca debe ser realizada con un
sentido de venganza. Todo el proceso, hasta la excomulgación e incluyéndola, es
una forma de disciplina diseñada para que la persona impenitente regrese al
redil. Llegado el extremo de la excomulgación, la parte culpable será librada
al diablo. La intención no es castigar sino buscar que la parte culpable tome
conciencia de su pecado. Juan Calvino sostenía que la disciplina de la iglesia es
"la mejor ayuda" para la sana doctrina, el orden y la unidad.
La
Confesión de Westminster enumera cinco propósitos para la excomulgación: Las
censuras de la iglesia son necesarias, para reclamar y ganar los hermanos que
han ofendido, para evitar que otros cometan
ofensas similares, para purgar la levadura que podría infectar toda la
masa, para reivindicar el honor de Cristo, y la santa profesión del evangelio, y
para evitar
la ira de Dios, que con justicia podría caer sobre
la Iglesia, SI esta permitiera que su pacto, y los sellos del pacto, fuesen
profanados por los ofensores notorios y obstinadas, esta lista
podría posiblemente ser reducida a dos razones principales: la
preocupación por el alma del pecador y la preocupación por la salud de la
iglesia.
La
disciplina de la iglesia ha sido encomendada por Cristo, y es un asunto
que requiere de gran prudencia. La iglesia puede equivocarse de
dos maneras. Puede convertirse en una iglesia demasiado laxa y no disciplinar adecuadamente
a los que hacen de la fe un motivo de escándalo, o puede convertirse en
demasiado severa y faltarle la caridad que Dios ordena.
No
se debería invocar la disciplina de la iglesia cuando se trata de temas
triviales o menores. Las nimiedades pueden convertirse en la ruina del pueblo
de Dios. Hemos sido llamados a tener un espíritu de paciencia y de tolerancia
unos con otros, del mismo modo que Dios es paciente con nosotros. La Escritura
nos llama a tener la clase de amor que "cubre multitud de pecados".
RESUMEN
1.
La Excomulgación es el paso final en la disciplina de la iglesia.
2.
La impenitencia es el único pecado que resulta en la excomu1gación.
3.
Cristo instituyó el
proceso de la disciplina de la iglesia.
4.
El propósito de la excomu1gación es la restauración del ofensor y la protección
de la iglesia.
5.
La disciplina de la iglesia no debe ser ni laxa ni severa.
6.
Los cristianos deben ejercer un amor que es paciente y tolerante.
PASAJES BÍBLICOS PARA LA REFLEXIÓN
Mateo
7:1-5, 1 Corintios 11:27-32, 1 Timote05:19-20, 1 Corintios 5, 1 Timoteo
1:18-20, 1 Pedro 4:8.